MERCADO NEGRO DE TARJETAS DEL APARCAMIENTO DE SUPERFICIE MIGUEL DE UNAMUNO

Claro. Eso es lo que hace las tarjetas VIP (de las que sabemos que hay circulando más del número de REctores y Vicerrectores de los últimos 15 años) tan ineficientes (o tan "golosas"): que no están asociadas a un vehículo con su matrícula sino que se entregan a una persona. Así, entre el personal de la USAL que las tiene hay al menos veinte. Pero, curiosamente, casi todos vienen andando a Rectorado (¿quién las tendrá, quien no las tendrá ...?) Igual que las que están a nombre del antiguo responsable de Drogados (ya jubilado, por cierto); o las que siguen teniendo dos "jovencitas" del anterior equipo de gobierno. O las que el propio Vicerrector de DYC, cede en usufructo a su "entorno".
Hay mercado negro: pero como casi todo en la usal, a cambio de pleitesía y palmaditas en la espalda.

Es la tarjeta de visita de este equipito de gobierno: son generosos con lo de los demás, derrochadores con lo público y unos auténticos rácanos y avaros con lo suyo.

Lucy escribió:

Os cuento, ya sabéis que esto de la tecnología avanza que es una barbaridad, y entre otros inventos que ya llevan entre nosotros tiempo, tenemos las tarjetas RFID o tarjetas por radiofrecuencia, que su utilizan entre otras muchas aplicaciones, para acceder al metro o al autobús.

Partiendo de ahí indicaros que las tarjetas del aparcamiento en superficie Miguel de Unamuno funcionan de la siguiente manera:

1. Entrada de la tarjeta en el sistema: pasamos la tarjeta por el sensor y aparcamos, y repito de la tarjeta, ya que el sistema no detecta que vehículo concreto ha entrado. Esto lo único que impide es que otro usuario puede usar la misma tarjeta para entrar simultáneamente en el aparcamiento, pero nada más.

2. Salida de la tarjeta del aparcamiento: pasamos la tarjeta por el sensor y salimos.

A partir de ese momento la tarjeta puede ser utilizada por cualquier otro usuario bien de la Usal o de la chimbanba ya que, repito de nuevo,  la información de la tarjeta no incluye ni el nombre del usuario, ni la matrícula del vehículo.

Conclusión: todo ese rollo de que con este sistema se eliminaba a los usuarios indeseables del Clínico y aledaños es totalmente falsa, basta con que acudáis cualquiera de vosotros, compréis una tarjeta y se la “revendáis” al precio que os dé la gana a quien vosotros queráis, esto último es broma seguro que no lo cobráis ni un céntimo de euro de más, ya que lo único que comprueban los Dragados-ladrones es que estés en la base de datos, y punto.

A mayores de eso, es indudablemente  que este sistema eleva de manera considerable los potenciales usuarios del aparcamiento por el "efecto llamada", ya que habrá quien no usando mucho el coche, por si acaso algún día necesita aparcar adquirirá la tarjeta.

Y finalmente aclarar el título, si casi cualquiera puede comprar una tarjeta, ya que no existe ningún vinculo entre usuario-tarjeta-vehículo, el mercado negro aparece como una opción muy sugerente, ¿qué opináis?